martes, 13 de enero de 2015

ENSAYO SOBRE ARQUITECTURA. LAUGIER




El texto pertenece a la obra “Ensayo sobre la arquitectura” de Marc Laugier y se desarrolló durante el periodo neoclásico de la arquitectura.

 A la arquitectura le sucede como a todas y cada una de las artes, sus principios, se sustentan en la naturaleza. Para demostrarlo  Laugier hace referencia al hombre primitivo y a la necesidad de buscar un lugar ideal en el que refugiarse. De esta manera se inventó la cabaña primitiva y su simplicidad cuyos principios se basan en la imitación de los procesos naturales más sencillos.

Poco a poco irá evolucionando y supliendo todas aquellas incomodidades que vayan surgiendo, pero lo que está claro es que aquello que se acerca a esa cabaña primitiva, a ese primer modelo, será lo que alcance finalmente perfección. Todos estamos de acuerdo en que los troncos levantados verticalmente de la cabaña nos dan la idea de columnas, las ramas horizontales que lo coronan el entablamento y las inclinadas que forman el tejado los frontones.

 A partir de aquí podemos diferenciar perfectamente los elementos que se han introducido por necesidad, de los que se han introducido por capricho. En esos órdenes arquitectónicos incorporados por capricho de algunos a lo único que conseguiremos llegar será a las imperfecciones más absolutas.

 Aunque pueda parecer que esta pequeña cabaña primitiva sea demasiado elemental y solo veamos columnas, un techo y un tejado, si estos tres elementos se encuentran situados de la forma correcta llegaremos a la belleza y la perfección. Prueba de ello es la Maison Carrée admirada por su belleza ante todo tipo de público, la cual, está formada, por un rectángulo en el que treinta columnas que sostienen un entablamento y un tejado, rematado en cada uno de sus extremos, por un frontón. Simplemente eso, nada más.



 Lo que la naturaleza nos ofrece, lo esencial, debe permanecer siempre, el arte debe utilizar sus recursos para para embellecer, limar, pulir la obra, sin tocar en nada el fondo del diseño.

MI TIO (Mon Oncle)



Dirección: Jacques Tati.
País: Francia.
Año: 1958.
Duración: 115 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Jacques Tati (Sr. Hulot), Jean-Pierre Zola (Sr. Arpel), Adrienne Servantie (Sra. Arpel), Lucien Frégis (Sr. Pichard), Betty Schneider (Betty), Jean-François Martial (Walter), Dominique Marie (Vecina), Yvonne Arnaud (Georgette), Adelaide Danieli (Sra. Pichard), Alain Bécourt (Gerald Arpel).
Guión: Jean L'Hôte, Jacques Lagrange y Jacques Tati.
Producción: Jacques Tati.
Música: Franck Barcellini y Alain Romans.
Fotografía: Jean Bourgoin.
Montaje: Suzanne Baron.
Diseño de producción: Henri Schmitt.
Vestuario: Jacques Cottin.


Es una crítica agresiva contra la sociedad moderna,  desde dos puntos de vista: la fábrica de plásticos  de su cuñado y la vivienda familiar de su hermana, ese domicilio completamente automatizado puesto al servicio de una nueva clase media-alta, y con unas pretensiones de progreso tecnológico que no encuentra equivalente a nivel cultural. Esta prisión mecanizada afecta tanto al obrero, se ve cuando Hulot trabaja en la fábrica de mangueras, como al ama de casa, visto en la complejidad de los aparatos de cocina cuando Hulot no puede abrir el mueble para coger un vaso.
La vivienda de la película me recuerda a la ville Saboye la cual no era habitable dadas las numerosas innovaciones que tiene instaladas, las cuales, muchas veces incomodan en vez de facilitar la vida cotidiana, como la puerta del garaje en el que se quedaron encerrados al pasar un perro por delante del sensor.





 En definitiva creo que la arquitectura debe estar pensada para ser habitada.




lunes, 12 de enero de 2015

ORNAMENTO Y DELITO, ADOLF LOOS



En 1908 el genio austriaco Adolf Loos publica el texto ornamento y delito, con el que consigue sobresaltar a la sociedad, y que se comience a hablar, de la revolución social de la arquitectura. A lo largo de este texto podemos destacar, sin lugar a dudas, dos ideas principales: la lucha contra la decoración y la ornamentación, y un gran desprecio hacia el derroche, tanto humana como materialmente.

El ornamento era capaz de crear belleza y de transmitir sensaciones, pero eso forma parte de la arquitectura antigua. La arquitectura debe evolucionar, desarrollarse y convertirse en algo funcional y todo ello sin la necesidad de estas recargada de ornamento. En épocas anteriores el ornamento se consideró factor determinante a la hora de crear ambientes de alegría y vitalidad, pero el pensamiento de Loos, era completamente distinto. Algo muy ornamentado no va a provocar en ti una sensación de mayor bienestar o mayor vitalidad.

 No obstante la ornamentación del pasado se cuidó y se reformó. Se construyeron enormes palacios para albergar grandes tesoros y enseñarlos al mundo haciéndoles creer infelices por el simple hecho de que su época no contara con su propio ornamento. Loos les afirma que están equivocados y que por fin se ha conseguido derrotar al ornamento, muy pronto las paredes lucirán blancas y lisas, como Sion, la capital del cielo.

Pero existía un grave problema. El hombre estaba lo suficientemente adelantado como para darse cuenta que algo no ornamentado podría aportar más belleza que un simple objeto con millones de decoraciones. Era muchos más sugerente comprar algo con millones de florituras y adornos por el mismo precio que esa misma cosa sin ningún tipo de ornamento. A lo cual ayudó el estado, cuya misión, es retrasar a los pueblos en su avance cultura.

En resumidas  cuentas, lo que Loos nos quería comunicar era que la arquitectura tiene que ser  sencilla, funcional y barata. EL ornamento sale sobrando por todos sitios. Además del mal gusto que tiene una ornamentación sobre cargada, es un gasto excesivo de dinero, y no solo eso, sino también de trabajo. Es casi más importante la calidad de vida de los trabajadores, que incluso, el dinero que se pueda llegar a gastar. Aunque no obstante con el derroche de dinero que se hace lo que en verdad se está llevando a cabo es un crimen contra la economía del país.


En la época de 1908 ninguna persona cuerda aceptaría todo esto y para ello Loos utiliza el ejemplo de las tribus, de las sociedades marginales etc. Los miembros de las tribus primitivas siempre han adornado sus cuerpos con tatuajes, perforaciones, abalorios y demás adornos, mientras que en las sociedades avanzadas las personas muestran sus cuerpos limpios. Incluso, para ser más claro, afirma que en una sociedad racional y avanzada (refiriéndose a la de 1908) como la nuestra las únicas personas que llevan tatuajes son marginales presidiarios etc. 

domingo, 11 de enero de 2015

Manifiesto de la arquitectura futurista

El manifiesto futurista es una de las aportaciones más importantes e interesantes a este movimiento de Antonio Sant’Elia. En el manifiesto de la arquitectura futurista, publicado en la revista Lacerba el 10 de agosto de 1914, Sant’Elia pone de manifiesto que: “Después del siglo XVIII la arquitectura dejó de existir.”

A partir de este siglo empieza a descubrirse la belleza del cemento y el hierro que es enmascarada con millones de florituras e incrustaciones decorativas que ni las necesidades constructivas ni nuestro propio gusto justifican, y con la que los jóvenes arquitectos italianos dan a conocer todo su esplendor, aprovechando la ignorancia de los extranjeros, que clasifican estas obras de invenciones geniales.


Con este manifiesto se hace especial énfasis en que se tomen en cuenta los principales fundamentos del movimiento futurista. En la necesidad de romper con toda la arquitectura y toda la obra anterior, adaptándose a los nuevos tiempos y creando una arquitectura verdaderamente moderna y apoyándose en los nuevos materiales que proporciona la industria.

El verdadero problema de la arquitectura futurista no es encontrar nuevas formas que sustituyan las columnas, los arcos, los bastidores de las puertas… etc. Sino conseguir, con la ayuda de todos los recursos que nos proporciona la ciencia y la técnica, crear una arquitectura cuya base sea satisfacer nuestras necesidades y cuyos valores estéticos estén en perfecta armonía con nuestra nueva sensibilidad. La arquitectura ha de ser tan nueva como nuevo es nuestro estado anímico.

De este modo Sant’Elia combate y desprecia toda aquella arquitectura frívola, encantadora, monumental. La arquitectura clásica hierática y solemne, además, de todos aquellos materiales pesados, macizos, anticuados y costosos. Además de las formas estáticas y opresivas que no tienen nada que ver con nuestro novísimo pensamiento.

Después de esta gran crítica proclama que la arquitectura futurista es la arquitectura del calculo, de la audacia temeraria y de la sencillez, y de todos aquellos materiales que permitan obtener el máximo de elasticidad y ligereza. Que la arquitectura moderna es síntesis y expresión y que las líneas oblicuas y elípticas tienen, por su propia naturaleza, tienen un poder emotivo mil veces mayor que las líneas rectas y horizontales.

Además, que todos los ornamentos decorativos son un absurdo y toda la decoración tiene que estar intrínsecamente relacionada con un el uso y disposición y valor en bruto del material. Y al igual que los antiguos encontraron inspiración en los objetos de la naturaleza, nosotros debemos buscar esa inspiración en los objetos del mundo mecánico y moderno que hemos creado Debemos  convertir el mundo de las cosas en una proyección directa del mundo del espíritu.convertir el mundo de las cosas en una proyección directa del mundo del espíritu.


Sant’Elia concluye afirmando que las características de la arquitectura futurista serán la transitoriedad y la caducidad. Cada generación deberá construirse su propia ciudad. Con esta constante renovación se conseguirá que el futurismo triunfe, una victoria por la que luchamos sin descanso contra la adoración del pasado.




domingo, 4 de enero de 2015

CULTURA PARA TODOS:




                 Aquí os exponemos tres proyectos que son un ejemplo de arquitectura sostenible, de bajo presupuesto, que usando medios de fabricación locales se adaptan perfectamente al entorno en el que se encuentran: una guardería en Aknaibich, una biblioteca en Muyinga y otra biblioteca en Gando.
               


  Guardería en Aknaibich: 

                El diseño de este aula incorpora las dinámicas de la comunidad, bioclimática y los nuevos estilos propios del lugar, el proyecto sirve de nexo entre la zona antigua de la ciudad, construcciones de barro, calles estrechas…, y la zona moderna, con construcciones aisladas de hormigón.
                El aula es una extensión de la escuela existente de estilo moderno uniendo así las dos zonas de la ciudad. Aunque está inspirada en el estilo popular de la zona tiene un aspecto moderno, es sostenible y a la vez a prueba de terremotos.
               

                                                                                                                                                                    Biblioteca en Muyinga:
          

         De un exhaustivo trabajo de investigación de los medios de construcción locales aparece este proyecto enmarcado en la tradición de Muyinga. La biblioteca se organiza a lo largo de un porche longitudinal que concentra la mayor parte de la vida del edificio: encuentro descanso, conversación… además de su utilidad como refugio del sol y de las lluvias.
                                                                                                                                                                          La forma del edificio es el resultado de la elección del material, (tapial, bloques de ladrillo y tejas de arcilla para la cubierta) el tejado cuenta con un alero para proteger los muros de arcilla sin cocer del agua de las lluvias y el interior continuo facilita la ventilación cruzada expulsando el calor y la humedad hacia el exterior.
           

   




 Biblioteca en Gando:



Esta biblioteca se concibe como una unión entre la escuela existente y su ampliación, aunque será abierta al público en general, creándose un lugar donde se transmita el conocimiento y las tradiciones de los mayores a nuevas generaciones.




El edificio aunque principalmente usa los bloques de tierra como sistema constructivo al igual que la escuela, se distingue por su geometría elíptica y su innovador techo, que adapta la artesanía local como un espectacular sistema de ventilación e iluminación. Ya que han usado trozos de vasijas de cerámica a modo de lucernarios dentro del forjado.

El sistema utilizado en la cubierta proporciona un ambiente agradable y fresco ideal para aprender, pensar y estudiar.